Estrategias de vinculación universitaria para el fortalecimiento de la economía social y solidaria. Algunos apuntes desde una práctica integral de extensión universitaria e incubación social de Argentina

Rodolfo Edgardo Pastore

Otra Economía, vol. 12, n. 21:231-247, enero-junio 2019. ISSN 1851-4715



Estrategias de vinculación universitaria para el fortalecimiento de la economía social y solidaria

Algunos apuntes desde una práctica integral de extensión universitaria e incubación social de Argentina1

       

Estratégias de articulação universitária para fortalecer a economia social e solidária

Algumas notas de uma prática integral de extensão universitária e incubação social da Argentina


Strategies for university linkage to strengthen the social and solidarity economy

Some notes from an integral practice of university extension and social incubation of Argentina



Rodolfo Edgardo Pastore*

 [email protected]

  



Resumen: El presente artículo busca contribuir a la reflexión y el debate sobre la vinculación universitaria con el campo de la economía social y solidaria (ESS), considerando en particular el aporte de la extensión universitaria y la incubación social. Dichas reflexiones surgen a partir de una práctica académico-territorial de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) de Argentina, el Proyecto CREES (Construyendo Redes Emprendedoras en Economía Social). En primer lugar, el trabajo introduce brevemente nuestra perspectiva en ESS, sintetizamos seguidamente el recorrido integral de vinculación universitaria en ESS del Proyecto CREES. Posteriormente se realiza un paneo del debate sobre extensión universitaria en Argentina y sus vinculaciones con la incubación social. A continuación se presenta nuestra propuesta de incubación universitaria en ESS así como algunas experiencias concretas de incubadoras que venimos desarrollando.

Palabras clave: incubación y economía solidaria, extensión universitaria, innovación social.


Resumo: Este artigo busca contribuir para a reflexão e o debate sobre a conexão da universidade com o campo da economia social e solidária (ESS), considerando, em particular, a contribuição da extensão universitária e da incubação social. Essas reflexões surgem de uma prática acadêmico-territorial da Universidade Nacional de Quilmes (UNQ) da Argentina, o Projeto CREES (Construindo Redes Empresariais na Economia Social). Em primeiro lugar, o trabalho apresenta brevemente a nossa perspectiva na ESS, então sintetizamos o caminho integral da conexão universitária na ESS do Projeto CREES. Posteriormente, é feita uma discussão sobre a extensão universitária na Argentina e suas ligações com a incubação social. Em seguida, apresentamos nossa proposta de incubação universitária na ESS, bem como algumas experiências concretas de incubadoras que estamos desenvolvendo.

Palavras-chave: incubação e economia solidária, extensão universitária, inovação social.


Abstract: This article seeks to contribute to the reflection and debate on the university connection with the field of social and solidarity economy (ESS), considering in particular the contribution of university extension and social incubation. These reflections arise from an academic-territorial practice of the National University of Quilmes (UNQ) of Argentina, the CREES Project (Building Entrepreneurial Networks in Social Economy).In the first place the work briefly introduces our perspective in ESS, then, we synthesize the integral path of university connection in ESS of the CREES Project. Subsequently, a discussion of university extension in Argentina and its links with social incubation is made. Below is our proposal for university incubation in ESS as well as some concrete experiences of incubators that we have been developing.

Key words: incubation and solidarity economy, university extension, social innovation.



Introducción


Frente a los desafíos socioeconómicos que enfrentan las sociedades de América Latina, distintas universidades de la región vienen reformulando sus estrategias de vinculación académica con las comunidades y las organizaciones socioeconómicas, políticas o culturales. Dicha revisión involucra también cambios de paradigmas en el tipo de conocimiento válido, en la necesidad de diálogos entre saberes académicos y saberes prácticos, o en los objetivos de la producción de conocimiento universitario, sus destinatarios y los modos en que es priorizada su generación y acceso (CRES, 2018).

En esa dirección, distintas universidades de América Latina han identificado una alianza clave con los movimientos y actores vinculados a la economía social y solidaria (ESS), con la finalidad de impulsar el desarrollo socioeconómico territorial con estrategias que respondan simultáneamente a problemáticas sociales, económicas y ambientales.

Con esos antecedentes, el presente artículo tiene por finalidad contribuir a la reflexión y el debate sobre la vinculación universitaria con el campo de la ESS, considerando específicamente el aporte de la extensión universitaria y la incubación social. Dichas reflexiones surgen a partir de una práctica académica territorial que venimos realizando en Argentina.

En tal sentido, puede sostenerse que en los últimos años la ESS viene teniendo una mayor presencia en la agenda universitaria, tanto de Argentina como en otros países de América del Sur (Pastore 2014). Este mayor peso en la agenda académica cobra una significación especial en relación a la extensión universitaria y a las formas de vinculación socio-técnica que crecieron a su amparo, en este caso bajo la denominación de incubación en ESS. Ello no es casual, pues la ESS constituye un campo socioeconómico, simbólico y político en plena expansión en las últimas décadas, como amplia respuesta social ante las graves consecuencias ocasionadas para la reproducción de la vida por el neoliberalismo y la globalización excluyente.

Así se vienen impulsando múltiples organizaciones, emprendimientos, entidades o redes asociativas, como opciones de trabajo, generación de ingresos y búsqueda de mejora en las condiciones y calidad de vida en diversidad de comunidades y territorios del mundo. Esta pluralidad de experiencias se vinculan tanto a la renovación de las entidades más institucionalizadas e históricas del cooperativismo, el mutualismo y otras asociaciones que hacen economía con finalidad social, como al surgimiento de nuevas formas organizativas socioeconómicas, territoriales o comunitarias, las cuales no siempre quedan reconocidas en las figuras jurídicas más tradicionales, tal el caso para América Latina de las diversas formas asociativas o comunitarias de la economía popular.

De la mano de esta diversidad empírica, se observa también una mayor repercusión en los otros dos planos del campo, la dimensión simbólica y la política.

En el plano simbólico, esa heterogeneidad de experiencias dio lugar a un importante debate sobre la caracterización, denominación y entendimiento de las mismas, emergiendo una pluralidad de significantes para considerarlas, tales como economía social, solidaria, comunitaria, popular solidaria y otras, la cuales según los casos se definen como complementarias o en tensión. Estas distintas denominaciones tienen por detrás diferenciaciones conceptuales, empíricas y políticas de suma importancia. No obstante, desde nuestro punto de vista son partes del debate abierto en un mismo campo de interacciones y significaciones sociales, en la medida que esas distintas trayectorias empíricas pertenecen a un espacio socioeconómico común (aunque muy heterogéneo y con importantes tensiones internas), orientado a la reproducción de la vida y estructuralmente diferenciado al conformado por la lógica lucrativa de acumulación hegemónica.

Por su parte, en la dimensión política ello genera un debate abierto sobre las potencialidades y límites emancipadores de estas economías, de igual modo que sobre los proyectos y estrategias de construcción de poder, organización colectiva y política de alianzas. En ese marco, también se observa el mayor lugar que ocupan variantes de este campo económico en la agenda de política pública o normativa (nacional, regional o local), así como su incipiente presencia en documentos o comisiones de organismos multilaterales, tales como Naciones Unidas o la OIT, entre otras.

En definitiva, desde nuestra perspectiva la ESS constituye un campo socioeconómico, simbólico y político atravesado por diversas fuerzas y relaciones de poder internas y externas a su constitución, que designa al menos tres dimensiones interrelacionadas:  


a) una dimensión de trayectorias empíricas de otra forma de hacer economía, que une finalidad social de reproducción de la vida, con dinámicas de gestión asociativa, democrática y solidaria;

b) una dimensión político organizativa de proyectos de sociedad en disputa, tensionada entre la adaptación a las lógicas económicas hegemónicas, versus la capacidad de trasformación político-institucional para profundizar la democratización y la solidaridad sistémica;

c) una dimensión simbólica (conceptual, cultural, educativa y comunicacional) de construcción social de sentidos sobre las prácticas humanas en el hacer económico, que subraya las condiciones de reproducción de la vida y las relaciones de calidad de las personas entre sí y con su hábitat vital.  


En lo especifico para este artículo, hemos adelantado el mayor peso que la ESS empieza a tener en la agenda académica (en docencia, investigación y, en particular, extensión universitaria), más allá que aún sigue siendo ciertamente marginal en comparación con el peso del “mainstream” académico de la economía. Al respecto, nuestro posicionamiento epistémico no resulta neutral, pues la búsqueda de objetividad analítica no implica neutralidad valorativa (Chaves, 2000). Antes bien, nuestra acción universitaria busca contribuir desde una práctica académico-territorial a la construcción social de un conocimiento útil, orientado a reforzar y potenciar el campo de la ESS para contribuir a ampliar las condiciones y calidad de reproducción de la vida.

En tal sentido, estas reflexiones surgen desde una práctica universitaria integral de docencia, investigación y extensión que venimos desarrollando en la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) desde hace más una década, el Proyecto CREES (Construyendo Redes Emprendedoras de Economía Social).

En esa dirección, recogiendo algunos trabajos previos,3 el presente texto se propone reflexionar sobre la vinculación de las universidades con la ESS, específicamente en torno a la incubación social y su relación con la extensión universitaria. Para ello, el artículo se estructura en cuatro apartados más. En primer lugar, sintetizamos nuestro propio recorrido integral de vinculación universitaria en ESS. Posteriormente realizamos un paneo del debate sobre extensión universitaria en Argentina. Finalmente presentamos nuestra propuesta de incubación universitaria y algunas experiencias concretas de incubadoras en ESS.


Una propuesta integral de acción académico-territorial en ESS


El Proyecto CREES es una iniciativa académica integral de docencia, investigación y extensión universitaria en ESS, que lleva más de una década de desarrollo. Más recientemente se ha constituido como unidad institucional del Departamento de Economía y Administración (DEyA) de la UNQ, como espacio académico de convergencia de un conjunto de iniciativas universitarias orientadas a fortalecer y potenciar las experiencias de ESS.4 Dichas iniciativas académicas se llevan adelante en clave de desarrollo socio-territorial y comunitario, investigación-acción-participativa, educación popular y comunidades de aprendizajes, con la participación activa de actores y redes de la ESS, así como en articulación con diversas políticas públicas para el sector.  

En el año 2006 surgimos como proyecto universitario vinculado a la extensión universitaria (EU), articulándose desde entonces con una materia electiva como semillero de formación de estudiantes, Teoría y Práctica en Economía Social (TyPES). De allí que la integralidad de funciones universitarias ha estado planteada desde sus inicios, potenciándose luego con la creación de nuevas carreras universitarias, así como con una agenda participativa de innovación y construcción de conocimientos socialmente útiles para la ESS.  

Para ello, a principios de la presente década elaboramos una propuesta estratégica de acción del Proyecto CREES a mediano plazo,5 proyectando tres ejes de desarrollo: a) socio-educativo; b) socio-comunitario; c) socio-económico y tecnológico.


a) En el eje socio-educativo se concibieron trayectos formativos universitarios específicos en ESS, que incluyen:

– el Diploma de Extensión Universitaria de Operador Socioeducativo en ESS (DOSESS),6 vigente desde el 2010. EL DOSESS es un trayecto universitario integral de formación de actores territoriales en ESS.7 Implica un año de cursada, está orientado en particular para adultos y jóvenes de sectores populares vinculados a la ESS y, con la finalidad de ampliar el derecho a la educación superior, no requiere secundario terminado para su realización. Representa una iniciativa de inclusión y transformación educativa de alto impacto, escala y cobertura territorial, que ha abarcado prácticamente todo el Gran Buenos Aires y ha permitido el acceso universitario a casi dos mil estudiantes-trabajadores provenientes de cooperativas y organizaciones territoriales de la ESS.

– En continuidad con ello, en el año 2012 cream Para ello, a principios de la presente década elaboramos una propuesta estratégica de acción del Proyecto CREES a mediano plazo os una carrera de pregrado de validez nacional, la Tecnicatura Universitaria en ESS (TUESS).8 Lo innovador de diseño es que a los diplomados del DOSESS que tienen secundario terminado, o lo completan posteriormente a la cursada del mismo, se les acredita el recorrido del Diploma como primer año de los tres que tiene la Tecnicatura. La perspectiva de continuar cursando una carrera universitaria, ha estimulado a varios egresados del DOSESS a finalizar sus estudios secundarios en programas públicos de terminalidad educativa para adultos, contagiando también a sus familiares o vecinos. En los hechos, han cursado la TUESS más de 400 estudiantes, de los cuales ya se han graduados unos 250 técnicos universitarios en ESS.  

– Actualmente está en elaboración el plan de estudios de un ciclo de complementación en ESS de Licenciatura, bajo modalidad virtual, con la intención que se apruebe durante el presente año 2019.

– Por su parte en el posgrado tenemos una carrera de Especialización en Gestión de la ESS (EGESS), en vigencia desde el 2012, y un Diploma de Posgrado en la temática (DIPESS), que comenzó a funcionar en el 2016.

b) En cuanto al eje socio-comunitario, se buscó ampliar las acciones territoriales, impulsando otros proyectos de extensión que se sumaron al iniciado en el 2007. En tal sentido, desde fines del 2011 se conformó el Programa de Extensión Universitaria CREES-ICOTEA, el cual actualmente agrupa a 16 proyectos de EU. Desde el Programa se realizan acciones de capacitación y vinculación socio-comunitaria en ESS, tales como: prácticas socioeducativas universitarias; vinculación con escuelas secundarias; cooperativas sociales y empresas de inserción; sistemas de intercambio solidario; comunicación y producción audiovisual; gestión administrativo-contable; economía del cuidado y género; tecnologías digitales; agricultura sustentable y agro-ecología; reciclado y reutilización de residuos; turismo socio-solidario de base comunitaria;  arte y cultura comunitaria.

c) Finalmente, en el eje socio-económico y tecnológico nos propusimos afrontar algunos desafíos estructurales de acompañamiento y desarrollo de la ESS, impulsando en 2013 la creación del Programa Universitario en Incubación Social (PUIS) en ESS, el cual se asienta institucionalmente en el Secretaría de Extensión Universitaria (SEU), en articulación con el ámbito universitario de vinculación tecnológica de la UNQ, la Secretaría de Innovación y Transferencia Tecnológica.


Complementariamente, desde el año 2018 se participa en la creación del Club de Emprendedores de Quilmes, perteneciente al DEyA de la UNQ y en articulación con el Municipio local, desde donde se apoyan distintos tipos de emprendimientos, entre ellos de la ESS.

Como en otros casos de América Latina, en nuestra trayectoria la incubación en ESS se asienta institucionalmente en el ámbito de la extensión universitaria, de allí que proponemos seguidamente abordar una consideración sobre esta función clave de vinculación universitaria.  


Extensión universitaria y ESS


Tradicionalmente se entendía que las universidades tenían dos “misiones” o “funcio-nes” sustantivas,9 la docencia y la investigación. No obstante, desde hace ya un tiempo diferentes voces reclaman una mayor implicación e interacción de las universidades con las necesidades de sus comunidades y territorios.

En el caso de las universidades europeas, se viene señalando en los últimos años la ne-cesidad de ampliar las misiones clásicas de docencia e investigación, para contribuir al impulso social y económico con una tercera misión, vinculada a dos cuestiones clave: la responsabilidad social universitaria y el interés por transformar el conocimiento en valor económico (Vilalta, 2013). De allí que se resalte que los principales ejes de esta tercera misión sean el emprendimiento, la innovación y el compromiso social, posición afín con las perspectivas de “universidad emprendedora”, así como de la universidad como actor de la “triple hélice” del desarrollo: gobierno, empresa y sistema científico-técnico (García Peñalvo, 2016). Comparativamente, este contrapunto nos parece de interés para comparar lo referente a la extensión y la incubación en ESS en nuestra región.

En contrapartida, en el caso de algunos países latinoamericanos, entre ellos Argentina, la llamada extensión universitaria (EU) tiene una historia no desdeñable en los debates e iniciativas orientadas a una mayor vinculación de las universidades con las necesidades de las comunidades; aunque sobre todo prevalecerá en las últimas décadas el mayor relieve dado a la extensión como función universitaria sustantiva.  

Específicamente en el caso de Argentina, la EU adquirió un mayor reconocimiento en los últimos lustros, como modo de vinculación universitaria con el medio comunitario y socio-productivo. En tal sentido, desde el sistema universitario argentino se viene avanzando en lineamientos estratégicos para aumentar el reconocimiento institucional y académico de la extensión como una de las tres funciones sustantivas de la universidad, con la intención a su vez de aumentar su articulación académica con las otras dos funciones.10 Estos avances se dan en el marco más amplio de concebir a la educación superior como un bien público y un derecho social fundamental, planteando entre sus principales lineamientos ampliar las oportunidades reales de acceso ciudadano a la misma, particularmente de los sectores populares tradicionalmente relegados.

En tal sentido, nuestro punto es que las formas que asume la vinculación universitaria desde la extensión, han estado atravesadas desde su propio origen tanto por los contextos universitarios y de políticas públicas, como por las luchas y demandas sociales en torno al reclamo de igualdad y democratización de la educación superior. De allí que el importante resurgimiento de la EU en años recientes reconozca, desde nuestra perspectiva, tres factores principales de impulso: a) las demandas y necesidades sociales que se realizan a la universidad; b) las concepciones, debates y respuestas generadas desde la propia comunidad universitaria; y c) el contexto institucional y de políticas públicas de democratización y acceso a la educación superior (Pastore, Baliño y Rosas, 2012).

Estos tres elementos se combinan de diversa manera a lo largo de la historia. En tal sentido, es interesante destacar que la EU se inicia en el mundo occidental en un contexto espacio-temporal común al que dio origen fundacional al cooperativismo, la Gran Bretaña industrial del siglo XIX; siendo ambos tipos de experiencias originadas en las necesidades y demanda social de la clase obrera industrial de entonces. En efecto, mientras que como es sabido el cooperativismo va a ser su presentación pública a mediados del siglo XIX;11 la extensión universitaria se origina a fines de dicho siglo en el requerimiento de los trabajadores hacia el mundo académico, demandando espacios de capacitación que permitieran mejorar sus capacidades técnicas y productivas ante una etapa más avanzada de desarrollo industrial (Herrera Albrieu, 2011).  

A partir de ese surgimiento, durante un largo tiempo la EU será concebida fundamentalmente como una actividad de transmisión y divulgación de saberes hacia la comunidad. No obstante, ya desde hace unas décadas se viene problematizando en profundidad esta manera de concebirla. En el caso de Argentina, puede señalarse que desde fines de la década de 1960 el proceso de vinculación universitaria con la comunidad se va a dar junto a una creciente radicalización política del movimiento estudiantil, coronando en 1969 en el significativo acontecimiento popular del “Cordobazo”, con la confluencia del movimiento obrero y el movimiento estudiantil. Desde entonces, a las banderas previas de democratización institucional (movimiento reformista de 1918) y de acceso popular gratuito a la educación universitaria (desde 1949 con el primer peronismo), se sumaría también la del compromiso político universitario. En ese contexto, también pasa a cuestionarse la visión tradicional de la EU como divulgación de conocimiento, o actividad universitaria de sesgo asistencial o paternalista, iniciándose un camino de encuentro con las propuestas y autores de la educación popular.12 

Posteriormente, en el caso argentino este debate sobre la vinculación y compromiso social universitario sufriría un corte abrupto con la política represiva de la dictadura militar de 1976, dificultándose luego su reemergencia con el retorno de la democracia en 1984 y más aún en la etapa neoliberal de la década de 1990. No casualmente los debates sobre las concepciones y estrategias de extensión universitaria cobrarán nuevo alcance al iniciarse el siglo XXI, como respuesta de la comunidad universitaria a la profunda crisis socioeconómica e institucional del 2001. Desde entonces se expandieron una diversidad de iniciativas de extensión universitaria de cooperación con sus comunidades, estableciendo lazos solidarios y formas de vinculación que buscaban dar respuesta a las urgencias sociales más sentidas. De igual modo, se retoma el debate sobre la función de EU y el tipo de vínculo propuesto con la sociedad, avanzándose en una definición consensuada de la misma que incorpora sus dimensiones académicas, dialógicas, de cooperación y transformación social. Tal por ejemplo esta definición institucional que entiende a la extensión


como espacio de cooperación entre la universidad y otros actores de la sociedad de la que es parte. Este ámbito debe contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de las personas y está vinculado a la finalidad social de la Educación Superior: la democratización social, la justicia social y el derecho a la educación universal; se materializa a través de acciones concretas con organizaciones sociales, organizaciones gubernamentales y otras instituciones de la comunidad, desde perspectivas preferentemente multi e interdisciplinarias. Las acciones de extensión deberán desarrollarse desde un enfoque interactivo y dialógico entre los conocimientos científicos y los saberes, conocimientos y necesidades de la comunidad que participa. La extensión contribuye a la generación y articulación de nuevos conocimientos y nuevas prácticas sociales, integra las funciones de docencia e investigación, debe contribuir a la definición de la agenda de investigación y reflejarse en las prácticas curriculares (Acuerdo Plenario del CIN 811/12, pp.  6 y 7).


Esta perspectiva centrada en la democratización del saber, pone en discusión una perspectiva de “transferencia” unidireccional de conocimientos desde la universidad hacia la sociedad. Por el contrario, rescata un paradigma de vinculación asentado en la comunicación, la interacción de aprendizajes, la co-construcción de conocimientos y el dialogo saberes, reivindicando una ecología de saberes donde la universidad puede aportar conocimientos y herramientas de índole más académica, mientras que desde la comunidad provienen saberes y aportes originados en las prácticas sociales. Todos estos avances van generando un mayor reconocimiento y revalorización de la extensión como función universitaria, así como una orientación definida por su integración académica con la docencia y la investigación, aunque aún con un peso relativo menor en comparación con las otras dos funciones.

En este contexto, proliferaron también las iniciativas de extensión en ESS, a partir de las necesidades de las comunidades locales y los actores sociales vinculados a la economía social emergente, tales como los trabajadores de la economía popular, las empresas recuperadas por sus trabajadores, los recuperadores de residuos (“cartoneros”),  los “clubes de trueque”, las iniciativas socioeconómicas comunitarias, la agricultura familiar y campesina, etc.  Ello movilizó a su vez a núcleos activos de la propia comunidad universitaria, los  cuales en sus comienzos constituyeron iniciativas un tanto aisladas de docentes o estudiantes en prácticas educativas comunitarias, voluntariados universitarios, talleres de capacitación, etc.; pero qué posteriormente alcanzaron, en algunos casos, mayor densidad académica e integralidad de funciones, en la medida que el contexto institucional y de políticas públicas de democratización y acceso a la educación superior favoreció su desarrollo (Pastore, Baliño y Rosas, 2012).

Entre esas iniciativas de EU, emergió  recientemente la incubación en ESS en algunas universidades nacionales, en particular en nuestra universidad y en la Universidad Nacional del Centro (UNICEN), tomando como antecedente la trayectoria más destacada y de mayor escala del caso de Brasil –pueden consultarse sobre esas experiencias en los otros artículos de la sección especial de este número.

A continuación presentamos entonces nuestra propuesta de incubación universitaria en ESS y posteriormente algunas experiencias específicas.


Incubación universitaria de procesos en ESS


Desde la UNQ, nuestra propuesta y práctica de incubación social universitaria se inscribe en el contexto general de EU ya señalado, y en el marco específico de la acción académica integral en ESS,  impulsada en particular desde el Proyecto CREES.

La forma específica que asume la propuesta es la conformación de incubadoras Universitarias en ESS (IUESS) vinculadas institucionalmente al Programa Universitario específico (PUIS), con la finalidad que las mismas contribuyan al fortalecimiento estratégico de la economía solidaria, desarrollando para ello acciones de vinculación socio-comunitaria, capacitación, acompañamiento técnico, desarrollo tecnológico o soporte de gestión a los emprendimientos y sus redes organizativas (Res CS 132/13).

En cuanto a su dinámica de participación y gobernanza, las IUESS son concebidas co-mo ámbitos interdisciplinarios y multi-actorales de extensión, vinculación e innovación social orientadas al desarrollo estratégico de la ESS (Res CS 263/14).  En  tal sentido, la multi-actoralidad es una característica específica de estos espacios, en tanto se plantea que deben estar constituidas por equipos de trabajo de la universidad (en particular docentes, investigadores, graduados y estudiantes), junto con actores sociales del campo, esto es integrantes de  emprendimientos, organizaciones, redes o federaciones vinculadas a la ESS. Este es un requisito para la aprobación de las propuestas de incubadoras en las convocatorias abiertas que se realizan cada dos años, así como uno de los criterios clave de evaluación a lo largo del ciclo de diseño, formulación, ejecución y seguimiento. Hasta el presente se han realizado tres convocatorias sucesivas desde el inicio del PUIS en 2013, en las cuales han sido aprobadas entre siete y ocho incubadoras en cada convocatoria. La evaluación es realizada por una comisión de evaluación externa integrada no sólo por pares académicos (del Banco Nacional de Evaluadores de EU), sino también por representantes de redes, federaciones o confederaciones nacionales de ESS. Dicha multi-actoralidad en el proceso de evaluación académica resulta también una in-novación institucional, coherente con la propuesta participativa y de integración de saberes provenientes de la práctica.    

Por su parte, los enfoques y metodologías de las incubadoras tienen que ser acordes a dicha dinámica de participación y gobernanza, fundamentándose en la participación activa de los sujetos y actores involucrados, la construcción y apropiación social de conocimientos, el aprendizaje dialógico, la educación popular y la ecología de saberes.

Entre las acciones contempladas para las IUESS se estipulan: la realización de diagnósticos participativos e investigación-acción; la vinculación socio-productiva; el acompañamiento y desarrollo socio-técnico en clave de tecnologías sociales; la sistematización y el desarrollo de metodologías y herramientas de incubación; el desarrollo de vinculaciones y redes asociativas; la formulación y ejecución de proyectos de cooperación. Un lugar destacado de la propuesta es la realización de prácticas socioeducativas, buscando impulsar el aprendizaje y formación profesional de estudiantes y graduados en prácticas académicas solidarias, promoviendo para ello la articulación con carreras universitarias de distintas unidades académicas, en particular del Departamento de Economía y Administración (DEyA).

En cuanto a su diseño institucional, el PUIS está asentado en la Secretaría de EU pero al mismo tiempo se establece su articulación institucional con la Secretaría de incumbencia en vinculación tecnológica. Es reconocido que estas dos trayectorias universitarias por lo general no han sido muy complementarias, ya que la EU representa históricamente la relación universitaria con la comunidad, mientras que la vinculación tecnológica por lo general se piensa y práctica como transferencia tecnológica con las empresas. Desde ya que la prescripción normativa no garantiza de por resultados efectivos, pero valoramos esta definición institucional pues orienta e impulsa un sentido de articulación académica, que sin estar exenta de dificultades y tensiones, ha logrado también avances importantes en términos de relación dialógica entre dos ámbitos universitarios muchas veces excluidos y excluyentes entre sí, el desarrollo tecnológico y el comunitario.  

Finalmente, un núcleo central y diferenciador de la propuesta es el objetivo específico de incubar procesos socioeconómicos asociativos y solidarios de valorización económica, aprendizaje e innovación socio-técnica, mediante dinámicas organizativas de autogestión, gobernanza democrática, responsabilidad compartida y cooperación social.  Esta definición pone en juego uno de los principales desafíos de la propuesta como dinámica de innovación y experimentación socio-técnica, la incubación de procesos socioeconómicos y tecnológicos de cooperación social en clave de ESS. En tal sentido, he propuesto llamar a esta estrategia como incubación de procesos de cooperación social y solidaria (CSS),13 entendida como instancia de interacción, comunicación, agrupamiento y coordinación asociativa orientada a fortalecer procesos estratégicos de valorización económica e innovación socio-técnica de la economía solidaria. En esa dirección, se busca fomentar procesos de autonomía y sostenibilidad socioeconómica impulsando estrategias de acuerdos asociativos, innovación socio-técnica y participación en circuitos económicos de mayor valor agregado.  Con esa orientación general, pueden contemplarse tres tipos principales de incubación:


a) incubación de procesos vinculados a entramados sectoriales (por ejemplo turismo solidario; desarrollo ambiental; gastronomía, etc.) o de tipologías de emprendimientos (por ejemplo, cooperativas de trabajo; empresas sociales, en ámbitos como salud mental o economía del cuidado; agricultura familiar, etc.);

b) incubación procesos transversales de cooperación social, dirigidos a desarrollar dispositivos, instrumentos o servicios considerados estratégicos para el fortalecimiento de la ESS, tales como comunicación y diseño, tecnologías sociales, o desarrollo de mercados y finanzas solidaria.

c) incubación de procesos socioeconómicos territoriales, orientados a potenciar circuitos económicos solidarios en clave de ESS en determinados territorios o comunidades específicas.


Síntesis de algunas experiencias de incubación en ESS


En el andar de estos años de implementación, la incubación de procesos se ha ido construyendo en la praxis como el apoyo al fortalecimiento integral (organizativo, económico, socio-técnico y simbólico) de emprendimientos en red, entramados asociativos, consorcios o redes de cooperación, tendientes a generar o fortalecer procesos estratégicos en ESS. En la práctica de nuestra experiencia se han aprobado incubadoras vinculadas fundamentalmente a los dos primeros tipos de procesos (sectoriales y transversales), con la participación activa de casi 150 integrantes, entre miembros de la comunidad universitaria (docentes, estudiantes o graduados) y asociados a organizaciones del sector. En la última convocatoria en ejecución, se vinculaban a las IUESS unas 33 organizaciones, seis Federaciones nacionales y dos Confederaciones de la ESS (Daga, Errecalde, Fernández y Marchand, 2017). Al mismo tiempo, entre el 2014 y el 2017 se firmaron 27 convenios de colaboración con organizaciones, redes, organismos públicos y otras entidades educativas. De igual forma, se consiguió ampliar significativamente los fondos otorgados por la universidad, aprobándose más de 50 proyectos con financiamiento externo desde su creación.

En el caso específico de la comunidad universitaria, en las IUESS participan equipos de distintas carreras y áreas de disciplinares de la universidad, tales como hotelería, turismo, economía, psicología, comunicación, programación informática, tecnologías para la inclusión social o terapia ocupacional. Ello contribuyó en buena medida a potenciar de manera mucho más amplia el trabajo universitario en ESS.

No obstante, también es cierto que en la mayoría de las IUESS, seis de las ocho incubadoras actualmente aprobadas, resulta significativa la participación mayoritaria de equipos universitarios vinculados al Programa CREES, así como a las carreras universitarias en ESS indicadas previamente (DOSESS, TUESS, DIPESS, EGESS). De esas seis incubadoras vinculadas fuertemente a equipos del CREES, tres focalizan su accionar en entramados sectoriales o de tipologías de emprendimientos: i) empresas sociales; ii) turismo socio-solidario de base comunitaria; iii) intervención socio-ambiental. Por su parte, las otras tres se dirigen a incubar procesos de índole más transversal: iv) comunicación y diseño; v) tecnologías sociales; vi) mercados y finanzas para la ESS.

Como cierre de este texto, sintetizamos brevemente las cinco primeras, en tanto que la incubadora de mercados y finanzas en ESS se presenta en un artículo específico de este número de la Revista.


Incubadora de empresas sociales


Esta incubadora busca contribuir a la conformación y fortalecimiento del sector de empresas sociales asociativas en nuestro país, incluyendo su figura homónima de cooperativas sociales. Para ello desarrolla  estrategias de visibilidad, reconocimiento y acompañamiento técnico a este tipo de iniciativas socioeconómicas de inserción social y acceso a derechos (trabajo, salud, educación, etc.). Sus líneas de acción se dirigen al fortalecimiento organizativo y de entramados asociativos, a la incorporación de herramientas de gestión, diseño y comunicación, o al mejoramiento del acceso a circuitos comerciales.

Un dispositivo específico de la incubadora, a modo de “pre-incubación”, es el denominado “Obrador de empresa social”, como espacio mensual de encuentro, intercambio de experiencias, capacitación y actividades de fortalecimiento organizativo y económico de este tipo emprendimientos en formación. En particular, algunos núcleos de importancia son los emprendimientos de salud comunitaria vinculados a servicios de salud mental, los talleres protegidos de jóvenes con algún tipo discapacidad, o las iniciativas orientadas a ser cooperativas sociales de cuidado.

Esos emprendimientos en formación o más consolidados son acompañados luego en el desarrollo asociativo de diseño, comunicación, marca comercial o incorporación de equipamiento tecnológico, básicamente en articulación con la Incubadora de Diseño y Comunicación.

Asimismo, algunos de los mismos se incorporan a las estrategias asociativas de desarrollo de mercados, tales como las Ferias de la ESS o la Tienda Colectiva, vinculadas en este caso a la Incubadora de Mercados y Finanzas para la ESS – la cual se detalla en otro artículo de la presente sección.

Por último, un accionar importante de la incubadora se vincula con las estrategias de visibilidad, reconocimiento y confluencia organizativa de estos emprendimientos y cooperativas sociales, en particular con la participación en la Red de Cooperativas Sociales14 y con la organización de encuentros específicos de escala nacional o regional.15


Incubadora de Turismo Sociosolidario de base comunitaria


Esta IUESS incuba procesos de innovación socio-técnica y entramados asociativos territoriales para fortalecer iniciativas turísticas comunitarias y cooperativas, mediante el diseño de estrategias de desarrollo de productos, corredores y destinos turísticos; redes de prestadores turísticos de economía social u hoteles-escuelas cooperativas.

Un ejemplo de colaboración técnica ha sido la participación en la Ruta de la Miel del Delta, un circuito turístico del norte del norte bonaerense para promocionar y visibilizar la miel producida por cooperativas de esta región con alto potencial turístico (patrimonio natural, humedales, islas, eventos asociados, polo gastronómico y hotelero, etc.). Desde la incubadora se colaboró en la conformación del Consorcio de la Ruta, integrado por la federación de cooperativas apícolas, gobiernos locales y otros organismos públicos. También se acompañó la formulación y gestión del primer Centro de Interpretación de la Ruta, a la vez que en el diseño del Master Plan de la misma.

Otra línea de acción es la vinculación con hoteles cooperativos. En particular se avanzó en la conformación de una experiencia de hotel-escuela en la Cooperativa “Pipinas Viva”, desarrollando actividades de capacitación y asistencia técnica a este hotel recuperado, así como formación de estudiantes y prácticas profesionales de la carrera de administración hotelera -ver https://www.facebook.com/pipinasviva. Además promueve la vinculación entre hoteles cooperativos, con diálogos ya iniciados con el Hotel Bauen (CABA) y el Hotel Termas de Pismanta (San Juán).


Incubadora de Intervención Socio-Ambiental


Esta incubadora articula con cooperativas y organizaciones de la ESS que actúan en la temática ambiental, impulsando mejoras en sus circuitos de valorización y en el reconocimiento social de las mismas, en las cuatro dimensiones de la sustentabilidad: ecológica, económica, social y cultural (Moreno, Blanco y Pastore 2017). Para ello se vienen desarrollando tres líneas de acción.


a) UNQ Sustentable. Desde la Incubadora se participa en la elaboración de un plan de gestión sustentable de la universidad para reducir el gasto e impacto ambiental en la gestión y procesos universitarios. Se involucra para ello  a cooperativas de recuperado-res urbanos, con acciones conjuntas para implementar la separación y recolección de residuos reciclables en la universidad. A partir de esta línea de acción se han iniciado una serie de conversatorios de formación sobre gestión de “grandes generadores” de residuos,  brindando asesoramiento y apoyo a otras entidades intermedias, con la parti-cipación de estudiantes que realizan sus prácticas pre-profesionales.

b) Eco-canje. Este dispositivo se lleva adelante en las Ferias de ESS realizadas en la universidad. Consiste en el intercambio de residuos reciclables que traen universitarios y personas de la comunidad, obteniendo a cambio bonos de comercialización solidaria que se utilizan libremente para hacer compras en la Feria. Además del beneficio mutuo de intercambio, esta iniciativa busca visibilizar y valorizar en la comunidad universitaria las estrategias de recuperación, reciclado y cuidado ambiental.

c) Iniciativa experimental de biocombustible generado de aceite vegetal usado. Se im-pulsa un sistema alternativo y exploratorio de generación de biodiesel, a partir del aprovechamiento de residuo de aceite de cocción domiciliario y de restaurantes, co-medores colectivos, catering, industrias alimenticias, etc. Ello implica la transformación de un residuo urbano en insumo productivo, utilizando tecnologías de bajo costo pasible de ser apropiables localmente y que además contribuyen a minimizar los vertidos. Para ello desde la incubadora se apoya la conformación de una alianza socio-técnica entre cooperativas, la universidad y organismos públicos (en particular la Dirección Provincial de Economía Ambiental y Energías Alternativas), para avanzar en la organización participativa de un sistema de recogida selectiva y tratamiento especializado de estos aceites.


Incubadora de Diseño y Comunicación para la ESS


Esta incubadora impulsa procesos asociativos de valorización para emprendimientos y redes de la ESS, vinculados a la co-construcción y desarrollo en comunicación y diseño -industrial, gráfico, arquitectónico, de imagen y sonido. Para ello promueve procesos de cooperación entre grupos y entidades que trabajan en el campo de la comunicación y el diseño; los emprendimientos, organizaciones y redes de la ESS; junto con otras incubadoras y proyectos de extensión. Trabaja en colaboración con equipos académicos de otras universidades, en particular con el  Programa “Hábitat Inclusivo” de la de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el Programa de Extensión en ESS de la UNICEN. De igual modo coopera con otros colectivos de comunicación en ESS, tales como la Red Colmena de la CNCT. Para ello se viene trabajando en tres líneas de acción (Daga et al., 2017).


a) Diseño y comunicación para iniciativas asociativas de comercialización y consumo.

Desde la incubadora se elabora y produce el material comunicacional y de diseño de los dispositivos asociativos de mercados impulsados por la incubadora respectiva:  Almacén Autogestivo; Mercado Territorial-Línea Agricultura Familiar; Tienda Colectiva; Ferias de ESS en la universidad –ver artículo específico en esta sección especial.

b) Diseño industrial y productos comunicacionales vinculados a redes de ESS

En este caso se destacan tres acciones. Por una parte, el diseño industrial de procesos y producto (licuadora) de una empresa recuperada metalúrgica, la cual participa en un entramado territorial de cooperativas de trabajo  (Cooperativa 7 de Septiembre, ex Ultracomb). Por otra, el desarrollo de marca y construcción de identidad de la Ruta de la Miel del Delta ya mencionada. Asimismo, la colaboración con la Red Colmena para el desarrollo de Recursos Cooperativos, un dispositivo de formación multiplataforma en temas de organización, comunicación o gestión cooperativa, con tutoriales audiovisuales para cooperativas de todo el país de la CNCT.

c) Fortalecer las estrategias comunicacionales del sector

En este caso se viene articulando con otros equipos universitarios de la Red Universitaria en ESS (www.ruess.com.ar) en el desarrollo de la campaña comunicacional Ponele un 10 a la ESS (http://www.poneleun10.com.ar). Se implementa mediante el desarrollo de piezas gráficas, cuñas radiales, audiovisuales y materiales didácticos destinados a visualizar diez ejes temáticos de la ESS: trabajo cooperativo, empresas recuperadas, equidad de género, software libre, educación solidaria, finanzas solidarias, mercados sociales, consumo responsable, soberanía alimentaria, y comunicación democrática (De Fino, Errecalde y Pearson, 2016).


Incubadora de Tecnologías Sociales (ITS)


La ITS incuba procesos de cooperación social en innovaciones socio-técnicas que contribuyan a potenciar la visibilidad y los circuitos de valor de la ESS. Constituye un espacio de cooperación entre cooperativas del sector tecnológico (en particular desarrollo de software libre), organizaciones de la ESS e integrantes de la comunidad universitaria, con una participación destacada en este caso de docentes y estudiantes de programación informática y de economía solidaria (Muñoz Cancela, Daponte y Rosas, 2016). Para ello impulsa tres líneas principales de acción: a) educación y difusión en tecnologías para la ESS; b) desarrollo participativo y asociativo de dichas tecnologías; c) acompañamiento a procesos de gestión participativa y muti-actoral en tecnologías abiertas de información y comunicación para la ESS.


a) Educación y difusión. Un ejemplo importante en este caso es el denominado “Laburatorio”, espacio mensual de aprendizaje, difusión e intercambio de tecnologías libres, entre estudiantes, docentes, graduados y organizaciones de ESS. Se trabaja en temas como tecnologías sociales en discapacidad, testeo participativo de herramientas o programas de software libre, difusión e intercambio de experiencias y desafíos de las cooperativas tecnológicas, herramientas libres para accesibilidad, etc.

b) Desarrollo de tecnologías libres para la ESS. El ejemplo destacado es el programa informático “Chasqui” (www.proyectochasqui.org), un software libre multiplataforma (para celulares, tablets y pc) orientado a potenciar la vinculación e intercambio entre consumidores, comercializadoras y productores de la ESS, mediante una herramienta amigable de comercio electrónico. Chasqui ha sido desarrollado con la participación activa de comercializadoras en ESS, junto con docentes y estudiantes de programación informática, en el marco de sus trabajos finales. A partir de esta iniciativa, integrantes de la comunidad universitaria de la UNQ avanzaron en la conformación de una cooperativa tecnológica.  

c) Acompañamiento a procesos de gestión participativa en tecnologías de información y comunicación. El ejemplo más importante es la participación de integrantes de esta incubadora en dos proyectos estratégicos: ESSApp y MapESS.


ESSApp-Conectando Solidaridad (www.essapp.coop) es una aplicación para celulares y tablets (en interacción con un portal web), que permite localizar cooperativas, mutua-les y otras experiencias de la ESS en todo el territorio de Argentina. Ha sido impulsada por el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC), en articulación con la UNQ y otras cooperativas tecnológicas y de comunicación.  Es una herramienta clave de geolocalización, visibilidad y comunicación de la ESS.

Por su parte, el Mapeo Participativo de la Economía Social y Solidaria (MAPESS), se propone relevar en mayor profundidad experiencias de la ESS en cinco territorios del país, que luego son geolocalizadas en la ESSApp. Este proyecto es coordinado por equipos de nuestra universidad, con la participación de integrantes de la ITS, en coope-ración con el IMFC y equipos de otras cinco universidades públicas, las Universidades Nacionales de Cuyo, La Plata, Rosario, San Juan y Villa María.


Reflexiones finales


Se ha dicho para el caso brasileño que las incubadoras en economía solidaria constitu-yen “laboratorios de autogestión” (Addor, 2017), algo que aplica también a nuestra experiencia y otras de Argentina, en tanto las IUESS promueven dinámicas democráticas de funcionamiento y toma de decisiones colectivas, que enriquecen las trayectoria de sus participantes y expresan modelos alternativos de organización a las estructuras verticales y jerárquicas, no solo del mundo empresario sino también del propio ámbito académico.

Las incubadoras en ESS también han sido consideradas como un tipo de tecnología social, en cuanto arreglos organizacionales orientados a buscar soluciones socio-técnicas efectivas de transformación social, desarrollando productos, técnicas y/o me-todologías re-aplicables, que posibilitan la vinculación interactiva entre la universidad y la economía solidaria (Matarazzo y Boeira, 2016). Un elemento central desde esta perspectiva es su carácter de espacios de prácticas pedagógicas y construcción de sa-beres en clave de educación popular, coherente con la trayectoria de EU en América Latina comentada previamente y alejada por tanto de las posiciones más convenciona-les de “transferencia tecnológica” unidireccionales de la universidad hacia los actores.

Otro elemento a destacar es que todo ello demanda mucho compromiso, dedicación, predisposición y tiempos para afrontar no sólo las múltiples tareas, sino también los conflictos involucrados, tanto en el vínculo con los actores sociales, como en la rela-ción entre e intra incubadoras, tales como las tensiones surgidas de desavenencias personales, problemáticas vinculares, diferencias disciplinares, o de visiones o posicionamientos sobre la tarea, etc. (Cruz, 2014).

Asimismo, un desafío complejo es dar visibilidad y reconocimiento académico a estas prácticas de incubación. En general conspira contra ello la posibilidad de dedicar tiem-po y concentración al análisis, reflexión y escritura académica, teniendo en cuenta el cúmulo de actividades de capacitación, acompañamiento, trabajo de campo, relacio-namiento, gestión de conflictos y dificultades, autogestión, etc.  

A pesar de ello, lo que destaca tanto en la experiencia de nuestra universidad como en las de otras universidades de la región, reseñadas en particular en esta sección especial, es que las incubadoras en ESS están legitimando y validando un campo de actuación universi-taria en acompañamiento técnico, capacitación, difusión y visibilidad para la economía solidaria,  impulsando una amplia gama de alianzas institucionales y territoriales. Por ello, aún en el contexto político crítico que hoy atravesamos en la región, se han cons-tituido en una referencia no sólo en sus territorios y espacios de actuación, sino tam-bién de consideración para universidades de otros países.

En tal sentido, Perez Gonçalves de Moura (2014:9) destaca que desde el punto de vista pedagógico, un desafío clave de las incubadoras es su organización en torno a tres ejes prioritarios: “el fortalecimiento de la dinámica autogestiva; la integración territorial y la construcción de redes de producción y consumo”. En términos generales, sobre el primero de estos ejes es donde hay una trayectoria de más larga data, en tanto que algunas experiencias buscan avanzar sobre incubación de entramados y construcción de redes, como es el caso que reseñamos en este artículo.  

Nos parece de interés destacar ésta última cuestión, pues a nuestro entender el desa-rrollo sistémico de la economía solidaria requiere que las universidades contribuyamos a afrontar desafíos de índole más estratégica, tales como los que se presentan en el fortalecimiento de procesos socio-organizativos meso-territoriales; en la ampliación y organización de consumo responsable; en la expansión de mercados sociales y circuitos de valor solidario; en el desarrollo de servicios logísticos y de nodos y centros de distribución; en el impulso a dispositivos innovadores y de mayor escala en finanzas solidarias, más en un contexto de creciente financiarización y restricción de los ingre-sos populares; en la mayor incorporación de tecnologías y equipamientos en los proce-sos económicos solidarios; o en el desarrollo de redes sectoriales, consorcios regionales o empresas red.

Este tipo de desafíos es el que ha orientado desde el inicio nuestra propuesta de incuba-ción de procesos en ESS, y es lo que hemos intentado resaltar en el presente trabajo. Sin duda es mucho aún lo que queda por avanzar, pero no es poco lo que de manera significativa se viene aportando desde las universidades de nuestra región.



Referencias


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De Fino, E., Errecalde, S., Pearson, M. (2016). Campaña “Ponele un 10 a la economía social y solidaria”. En Diálogos extensionistas en el Mercosur (p. 92). Tandil, Argentina: Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Recuperado de http://extension.unicen.edu.ar/jem/subir/uploads/1517_2016.pdf 


Freire, P. (1973). ¿Extensión o Comunicación? La concientización en el medio rural. Montevideo, Uruguay: Siglo XXI y Tierra Nueva.


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Enviado: 18/03/2019

Aceptado: 10/04/2019




Cómo citar este artículo:



Pastore, R. E. (2019). Estrategias de vinculación universitaria para el fortalecimiento de la economía social y solidaria. Algunos apuntes desde una práctica integral de extensión universitaria e incubación social de Argentina. Otra Economía, 12(21), 231-247.



1 Este artículo sintetiza un documento previo más amplio presentado en el Seminario “Incubadoras Sociales en Economía Social y Solidaria por el Desarrollo Humano Local y los derechos económicos de las mujeres. Retos para la Universidad en la vinculación con la sociedad”, Instituto Hegoa-Universidad del País Vasco, España, diciembre de 2017.


* Departamento de Economía y Administración, Universidad Nacional de Quilmes, Buenos Aires, Argentina.


Este es un artículo de acceso abierto, bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional, siendo permitida su reproducción y adaptación dando crédito a su/s autor/es de manera adecuada, sin propósitos comerciales, y dando la misma licencia que la original en caso de distribución.

3 En particular Pastore (2014, 2015 y 2017).

4 Esta unidad es el Observatorio del Sur de la Economía Social y Solidaria CREES.  Dicha unidad se vincula con un Portal Web de la ESS más amplio, www.observatorioess.org.ar, en el cual puede encontrarse amplia información de las iniciativas que desarrollamos.

5 Esa estrategia se condenso en un documento denominado “Polo de Desarrollo Socioeconómico y Comunitario  del Sur del Gran Buenos Aires”, publicado en 2011 por la editorial mimeo.

6 Ver entre otros textos que referencian esta Pastore, Altschuler, Sena, Mendy y Martínez (2015).

7 Tiene 500 horas de estudios, de las cuales 180 son prácticas profesionalizantes en territorio.

8 La TUESS tiene 1800 hs. de estudios, de las cuales 288 son prácticas territoriales.

9 Mientras que en el medio europeo se suele designar como “misiones universitarias” en Argentina y otros países de América Latina se habla de “funciones universitarias” sustantivas.

10 En particular el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) en el ámbito de la Comisión de Extensión creó en el año 2008 la Red Nacional de Extensión Universitaria (REXUNI), que ha venido trabajando decididamente en la elaboración de una serie de documentos base de lineamientos y estrategias de acción  –ver Acuerdos Plenarios del CIN 681/08 y 711/09; 811/12; 812/12.

11 A tal punto que los actuales principios cooperativos de la Alianza Cooperativa Internacional, reformulan los expresados en los estatutos de la “Sociedad Equitativa de los Pioneros de Rochdale” de 1844.

12 Al respecto hay que tener en cuenta que para fines de los años ´60 Paulo Freire ya realiza una crítica profunda a la noción de extensión como invasión cultural, proponiendo la noción de comunicación como estrategia alternativa: “la comunicación verdadera no es la transferencia, o la transmisión del conocimiento, de un sujeto a otro, sino su coparticipación en el acto de comprender la significación del significado. Es una comunicación que se hace críticamente” (Freire, 1973:78–79).

13 Esta designación fue formulada inicialmente en el Seminario de referencia en el Instituto Hegoa, ver nota al pie n°1. Este punto, dada su importancia, amerita un mayor desarrollo de lo que, por límites de espacio, podemos desarrollar en este artículo, ya que constituye un núcleo central de nuestra concepción de incubación de procesos socioeconómicos solidarios.

14 Ver http://www.cnct.org.ar/hacia-una-red-de-cooperativas-sociales, o http://www.cnct.org.ar/el-cooperativismo-incluye 

15 Por ejemplo el I Encuentro Latinoamericano de Cooperación Social y Economía Solidaria” y el II Encuentro Nacional de Empresas Sociales de Salud Mental, realizado entre el 16 y 18/11 de de 2017, organizado conjuntamente con federaciones, redes y universidades de Argentina y América del Sur -ver http://encuentrocooperacionsocial.observatorioess.org.ar